martes, 3 de abril de 2018

FRANKENSTEIN

Frankenstein (el moderno prometeo) es una novela inglesa escrita por Mary Shelley publicada el 11 de marzo de 1818 perteneciente al género de la ciencia ficción.
El subtítulo de la obra es debido a que el protagonista trata de hacer frente a los dominios de Dios, como un Prometeo moderno que arrebata a la divinidad su fuego sagrado.

Mary Shelley (Mary Wollstonecraft Shelley) fue una dramaturga, ensayista, filósofa y biógrafa británica, mayormente conocida por esta obra, la que hemos leido en clase (fragmentos).
Su madre falleció a poco de dar a luz y quedó, junto con su hermana (Fanny Imlay), al cuidado de su padre quien se casó con una viuda que ya tenía dos hijas.
Su padre las hizo ir para aprender y practicar lecturas encima de las lápidas.
Mary viajó con su novio a distintos paises, a pesar de este estar casado y su mujer, muy descontenta con esa relación, embarazada. Esta última terminaría en suicidio, ahogándose, y tras este suceso ambos se casaron. Fruto de esta unión, Mary quedó embarazada varias veces pero solo el único varón que tuvieron (Percy Florence) sobrevivió a la infancia. Mary tuvo que ver su incineración tras fallecer a las 30 años en una tormenta.
Mary inauguró el género de ciencia ficción con su novela de Frankenstein, inspirada en una pesadilla que tuvo a los 18 años de edad al hacer una apuesta con Lord Byron.
La popularidad que llegó a alcanzar con esta novela no la lograría con ninguna obra posterior.
Al fallecer su marido (1822) Mary se dedicó a difundir las obras del poeta asi como editarlas con notas valiosas y detalladas.

Falleció en 1851 debido a un tumor cerebral mientras dormía. Su volutad fue ser enterrada junto con sus padres y ahí se encuentra, en el cementerio de St Peter (Bournemouth)

Estuvimos viendo su reconocida obra de Frankenstein en clase mediante dos fragmentos que leímos y una entrada del propio blog de la profe inspirado en esta obra. Eran dos fragmentos. El primero trataba de la mezcla de sentimientos que le supuso descubrir lo que realmente había hecho el científico al dar vida a semejante monstruo, donde sobresaltaba el terror. En el segundo fragmento se habla de cómo el monstruo, ingenuo como él solo, ve frustrada su inocencia de forma realmente brusca viendo la reacción de repudio y rechazo que, sin saber ni entender el por qué, todos sentían hacia él. Él siente una serie de sentimientos entre tristeza y desamparo ante tal odio inexplicable.
Usando el blog hablamos del tema a partir de, sobretodo, dos imagenes; una de unos zombies, que distinguimos por su característica forma de andar tan peculiar y sus ropas desaliñadas, y la de un niño sacando el dedo corazón a la par que de un gesto hostil en una cancha de futbol.
Mediante la primera empezamos a pensar en cómo vemos a los zombies y qué opinabamos, además de si nos gustaría vivir algún apocalipsis zombie. A través de la segunda reflexionamos sobre el comportamiento que es adquirido, ya que esos gestos y esa formas que tenía el niño, todos coincidiamos en que era algo adquirido y copiado por los más mayores; no era algo propio suyo ni inventado por él. Con esto sacamos a relucir el tema de la ignorancia y la inocencia, propios de un ser que aun no conoce el mundo, como sucede en el caso de Frankenstein.

También hablamos de la relación entre la película de Blade Runner y esta obra donde en común se trata el tema de una estrecha relación entre creador y creación que se frustra debido a la fecha límite que el creador le daba. La diferencia entre peli y novela es que, en Blade Runner, la creación busca alargar su tiempo de vida mientras que en Frankenstein, la creación solo busca acabar con su vida lo antes posible para poner fin a su sufrida existencia.



ANIMAL DE COMPAÑÍA

La primera vez que llegué, lo primero que recuerdo son los meneos y los golpes en mis costados, al ritmo de los baches amortiguados por los escasos pelos de mi lomo. Lo que pronto se volvería un pelaje más abundante.
No hay imagen. Solo los sentidos de tacto y escucha bañados de un escenario negro y sin telón.
Salí del maletín en volandas por alguien que sería, sin duda, mi nuevo dueño.
Mi ilusión era incontenible. Las palmaditas en el lomo y las caricias suaves fueron diarias. Con solo ladrar y seguirle de forma insistente, me abastecía de esos bocaditos de carne que tanto me gustaban. Cuando gimoteaba y me tiraba al suelo, conseguía salir de paseo a ese parque al lado de casa tan genial.
Pero llegó un momento que tanto amor y cariño se fueron apagando. Y cuando ya solo un palmo no me cubría el lomo entero, más o menos, ya solo era el motivo de su ceño fruncido y su "¡fuera de aquí!" señalandome la puerta. Sólo fuí un capricho y pronto tendría que comprender que la fuente de mimos no le quedaba tanta presión como antes.
Pronto me acostumbré, ya que esto me abrió el mundo a ser más independiente.
El problema es que mi tamaño aumentaba con el paso del tiempo y mi amo cada cosa que le frustraba necesitaba pagarlo con algo... O alguien.
Mía no era la culpa de no entrar ya en mi cestita, aunque gimotease por haber sido desde siempre mi favorita y, de por si, dolerme mucho cuando sin querer muerdo demás a mi muñequito al que llevaba siempre conmigo, el Sr Fluffly 3. El que siempre se empezaba a quedar sin relleno porque por mucho cuidado que tuviese, la fuerza de mi mordida cada vez era más grande.
A pesar de todo, mi amo, parecía no entenderlo. Se enfadaba conmigo y me echaba la culpa de no llegar nunca a fin de mes, cuando pienso que se gasta mucho más dinero en otras cosas. Pero... si me pega por ello... es que... será verdad...
El siempre fue un alcólico que se iba de parranda por las noches, aunque nunca me pareció mal. Yo quiero a mi amo a pesar de sus malos hábitos. Además, siempre cuando se quedaba dormido en el sillón, tras una larga noche de espera, le podía lamer la cara sin que se despertase y comprobar que ese líquido que otros humanos dicen por la tele que no es bueno, solo me evocaba el pensamiento de compadecerme de ellos, que parece que los pobres nunca lo habían probado.
Pero este pensamiento cambió cuando un día de esos en los que entró por la puerta y yo le estaba esperando cómo de costumbre, tenía en la mano una botella de vidrio. No le dí importancia hasta que de pronto no me dio tiempo a ver nada con claridad; veo cristales por todos lados y distingo a él encima mía a pesar de mi vista nublada por la sangre que de pronto había en todos lados. Era mía.
Mi querido amo ya no me quería.
A pesar de mi dolor, tanto físico como emocional, tuve que actuar y salir de ese instante que jamás había imaginado.
Tenía que huir. Nosé a dónde.
Le escuchaba gritar "¿¿Por qué a mí??" dejando caer las lágrimas y notandose el dolor en su voz quebrada por horas y horas de llanto que se delataban con cada gallo que soltaba.
Mi amo estába sufriendo.
A pesar de tratar de volver a hacer un intento de acercarme, otro golpe me dio en el lomo y me asuntó de nuevo ver tanta sangre.
Parecía que lo cabreaba cada vez que me acercaba pero mi amo seguía sufriendo...
De pronto le dio un ataque de ira y se lanzó de nuevo a por mí. Esta vez, viendo lo que causaba y me generaba, traté de huir, está vez sin más dilaciones hacia la puerta que daba a la calle, aun abierta.
Cojeaba pero no era ese el dolor que más notaba sino el rechazo que había ido aumentando con el paso del timpo hasta el punto de querer darme muerte. Cuando solo he querido siempre el bien de mi amo.
Él iba detrás mía.
Pero fue dejar de sufrir por no poder alejarme más rápido debido a mi cojera, cuando un coche que no me vió me arrolló entero. En esa noche tan oscura, se puso fin a mi vida.
Amo, si estás ahí, espero que estés bien.




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