KAFKA Y LA METAMORFOSIS
Hola a todos. Hoy descubriremos a un nuevo autor. Se llama Kafka y escribió La Metamorfosis. Como siempre empezaremos hablando del autor. Kafka era un escritor de origen judío que escribía en alemán. Como todos los autores que estamos viendo su obra es considerada como una de las más influyentes de la literatura universal. Los temas principales sobre los que trataba estaban llenos de arquetipos sobre la alienación aunque también hablaba sobre la brutalidad física y psicológica, los conflictos entre los padres y los hijos y sus personajes estaban en aventuras terroríficas, laberintos de la burocracia y transformaciones místicas. Su peculiar estilo literario ha sido asociado al existencialismo y al expresionismo. El término Kafkiano se usa en el castellano para describir situaciones insólitas, absurdas y angustiosas como las que se describen en sus libros.
El otro día vimos en clase el comienzo de la novela de La Metamorfosis. El relato comenzaba cuando el protagonista se despertaba y se daba cuenta de que se había convertido en un insecto. Lo que más nos sorprendió a todos fue que el protagonista no se asustó de su condición ni se asombró ni nada. Su actitud seguía siendo la misma. Lo único que le preocupaba era llegar tarde al trabajo y que su jefe le volviera a echar la bronca. También es cierto que el protagonista pensaba que debido a la falta de sueño había empezado a tener alucinaciones. Pero aún así es muy extraño que a una persona le ocurra algo de este tipo y no se sorprenda o se asuste, porque transformarse de la nada en un insecto la verdad es que es bastante preocupante. Cuando leí el fragmento me llamó muchísimo la atención porque no le encontraba el sentido. No se como continuará la obra ni como terminará pero viendo el principio ya os puedo asegurar que el final será alucinante.
CUANDO ME DESPERTÉ.....
Cuando me desperté no escuché ningún ruido. No había nadie en casa asique supuse que mi madre ya se habría marchado a trabajar. Levanté la persiana de la cocina y me puse a prepararme el desayuno. Mientras desayunaba tranquilamente me puse a mirar por la ventana. 'Que raro' pensé, no había nadie por la calle, miré el reloj para comprobar que no me había despertado a una hora distinta y por eso no había nadie en la calle pero la hora estaba bien y por si acaso miré la del móvil. No le di más importancia pensando que el cansancio y el sueño me estarían jugando una mala pasada. Sacudí la cabeza y saqué el móvil con el objetivo de distraerme y despertarme un poco. No tenía ninguna notificación y las redes sociales no se me actualizaban, solté un bufido, el Wi-Fi ya volvía a fallar tendría que decírselo a mi madre cuando volviera. Como ya iba un poco justa de tiempo cogí la mochila y el abrigo y me marché al instituto. Seguía sin haber gente en la calle, en la avenida tampoco había nadie y tampoco circulaba ningún coche. Miré la hora una vez más pero todo estaba bien. Empecé a asustarme y aceleré el paso esperando encontrarme con alguien y que todo fuese una coincidencia. Las calles estaban desiertas, parecía como si hubiese ocurrido algo que hubiera hecho que la gente abandonara todo. Mi mente empezó a imaginarse todo lo que podría haber sucedido desde un aviso por un fuerte terremoto o tornado hasta un ataque zombie. Sacudí la cabeza descartando esta última idea, estaba claro que si se pensaba racionalmente esa idea era ridícula. Se me ocurrió llamar a mi madre. Sin parar de caminar y con los dedos temblorosos marqué el número de teléfono de mi madre. 'Cógelo, por favor, cógelo' repetía en mi cabeza por cada pitido del teléfono, no lo cogía. Todavía más nerviosa que antes la volví a llamar, pero nada, no hubo respuesta. 'Estaría ocupada' me dije en un intento de calmarme 'Seguro que en un rato ve la llamada y me llama'. A quién quiero engañar, no me tranquilicé. Empecé a vagar por la ciudad fantasma, entré en algunas tiendas y bares para ver si había alguien que pudiese explicarme qué había pasado, pero nada. Decidí volver a casa y ver si había algo en la televisión, alguna noticia o algo, que me diera la pieza que me faltaba para resolver el rompecabezas. Sin embargo al encenderse la televisión la pantalla estaba de color negro. Daba igual el canal que pusiese la pantalla seguía estando de color negro, probé con todos, hasta con los canales de teletienda, pero no había ningún cambio. Apagué la televisión y me llené de angustia y miedo. Estaba sola, completamente sola. 'Ojalá sea todo una pesadilla' pensaba esperanzada. Pero era real, muy real, no veas que sí era real. Pasaban los días y yo seguía, a pesar de recorrerme toda la ciudad a pie, sin encontrar ningún rastro de vida. Cuando se acabó la comida de la nevera tuve que empezar a robar la de los supermercados. No tenía ni idea de lo que debía hacer, ya había comprobado que estaba sola pero no sabía qué hacer. Pasaron las semanas sin ninguna novedad, mi angustia ya había disminuido y se había convertido en un sentimiento de aceptación, aceptación de mi nueva condición y forma de vida. Muchas veces pensé en acabar con mi vida pero dentro de mi seguía habiendo una chispa de esperanza. En mi mente seguía habiendo una voz que me decía que alguien vendría a por mi, que alguien aparecería. Pero como ya he dicho a medida que pasaban las semanas iba perdiendo la esperanza. Cuando ya todo parecía perdido y me rendí escuché la señal. Durante unos segundos la radio emitió
la voz de una persona que hablaba en un idioma desconocido para mi. No sabía lo que decía, no lo entendía, solo sabía que lo había dicho una persona y surgió una llama entre las cenizas.